El verano es la época en la que más se solicitan las clases de apoyo. El haber suspendido
asignaturas en junio en cualquiera de los planes de estudio de la enseñanza
homologada, llevan de cabeza a muchos alumnos, de todas las edades, a contratar
clases extra.
Ya sean a domicilio o mediante acudir a centros educativos
privados como escuelas y academias, los alumnos suelen matricularse para los
meses de verano o prefieren un profesor particular que les garantice avanzar y
aprobar en la siguiente convocatoria.
No son exactamente las mismas vías para conseguir el mismo
objetivo, así que cada cual elige lo que más le conviene. Si tiene
experiencia en las clases particulares a
domicilio y le son beneficiosas para despejar dudas y requerir explicaciones
más personalizadas, optará por repetir con clases
de apoyo en casa.
Si por el contrario le ofrece más garantías acudir a un
centro donde desarrollar las mismas materias pero bajo un prisma diferente, seguir clases
de apoyo presenciales es la otra
posibilidad.
Pero no sólo el verano es la época más activa en el mercado
de las clases particulares con el objetivo de servir como un extra de apoyo
ante materias que se resisten al alumno. Durante todo el año hay convocatorias
a oposiciones, pruebas de acceso o necesidad de reforzar conocimientos, bien
por cuestiones laborales o por querer
avanzar en cualquier campo.
Sin embargo, cuando nos referimos a clases de apoyo, hay un componente de necesidad intrínseco. Es
decir, no se refieren a tomar clases particulares por primera vez sino que la
materia en cuestión necesita ser reforzada, por lo que el alumno no obtiene ni
la formación necesaria, ni la progresión de conocimientos ni por supuesto
aprueba los exámenes que se exigen para superar los cursos de la educaciòn
reglada. Y como todo el mundo sabe, el sistema de educación homologada no se
detiene ante un alumno o varios que presentan baja comprensión o nula de la
materia. Una de las más encalladas tradicionalmente para el alumnado es
Matemáticas, seguidas del idioma Inglés fundamentalmente.
Cuando reiteradamente un alumno presenta suspensos sin que
éstos tengan que ver con la falta absoluta de interés, de asistencia a clase o
de colaboración en trabajos y actividades relacionadas, es que necesita clases de apoyo. Pueden recibirlas en
el propio centro si es que se han creado para tal fin, o tomarlas por su cuenta
con profesores particulares, bien a domicilio o yendo a escuelas privadas o
academias.