Apuesto a que una gran mayoría de
personas se preguntan si necesitan a un entrenador personal y acaban
convenciéndose de porque querrían algo así. Bien… ¿y porque uno no puede
contratar a alguien que imparta clases
particulares? En www.infoclases.com por ejemplo hay una
amplia gama donde elegir.
Hace bastante tiempo que existen
los gimnasios con su zona de máquinas, sus aulas de clases e incluso hay muchas
que disponen de piscina para realizar entrenamientos, etc. Disponer de ellos es
algo que está al alcance de todo el mundo y nunca viene mal cuidar el estado
físico sin obsesionarse en ello. Se sabe que para tener buena salud además de
realizar una dieta equilibrada también es necesario hacer ejercicio. En los
gimnasios las clases son grupales y el entrenamiento en la sala de máquinas en
muy pocos sitios es personal. De ahí que hace en los años 40 en Estados Unidos
la figura del personal trainer, dedicado a darte clases particulares si así lo preferían.
Actualmente es bastante habitual
ver en parques y sitios públicos a gente realizando ejercicios con su cliente.
Pero es que en los últimos 15 años ha cambiado el perfil de cliente que
reclamaba estas clases particulares. Ahora un gran porcentaje
de población quiere llevar una vida saludable además de una alimentación más
sana. Con este método se garantizan conseguir los resultados más óptimos más
rápidamente, seguros y con una eficacia adaptada a cada persona. Se permite así
apostar por un entrenador personal que asegure estos resultados pese al coste
que le suponga. Se busca sentirse bien y cuidar la salud.
Las claves de un buen
entrenamiento personal
·
Competencia: es necesario que para impartir clases particulares seas consciente de la competencia que se tiene. Si no
se está bien formado no obtendrás los resultados propuestos, por lo tanto los
clientes se irán a la competencia. No por contar repeticiones y animar se es un
entrenador personal.
·
Comunicación:
si no sabemos comunicarnos nuestros clientes acabaran perdiendo la confianza.
En muchas ocasiones las conversaciones hacen que el cliente se vaya con ganas
de repetir o por el contrario sin ganas de volver. Una buena comunicación
consta de saber escuchar siendo un poco “psicólogo”.
·
Conocimiento:
No solo basta con saber hacer un programa de entrenamiento, sino del
conocimiento personal. Hay que intentar conseguir afianzar su confianza
interesándote por ellos.
·
Credibilidad y confianza: cuanto más competente seas más credibilidad tienes.
No hay mayor aval que el poder demostrar los resultados que has conseguido. Así
la gente confiara en ti.
·
Confidencialidad: es sinónimo de profesionalidad. Se pasa de una persona a otra y
las conversaciones no deben unirse ya que cada cliente es único y no se debe
hablar de ellos bajo ninguna circunstancia.
En resumidas cuentas, recurrir a clases particulares es una de las mejores opciones para un buen
entrenamiento personalizado. ¿Por qué no probar?
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